Yo: Ya sé que estás pensando que no se me puede decir nada...
Él: Sí. Yo: Bueno, ¿de qué otra cosa te gustaría hablar?A la madrugada del día de hoy, Rusia le declaró la tercera guerra mundial a Ucrania.
A esa hora, comenzó a invadir territorio ucraniano, mientras yo dormía plácidamente.
Me desperté con el mundo aún más caótico.
Sé que estás en una peor que yo o no lo sé, sinceramente ya no lo sé.
Te veo subir historias más frecuentemente y me alegra saber aunque sea 15 segundos de vos, que estás bien.
Hoy me desperté y el mundo era un poco más caótico que ayer y entre tanta parafernalia, quiero hablarte, quiero que estés cerca.
Quizás estos son los momentos turbulentos donde posiblemente uno reconozca en el otro, un poco de piso.
Qué loco leer la oración “amor, no te parece que vas a necesitar la ropa de acá a marzo?”
No viene de un amigo ni de mi mamá. Me lo dijo así con toda la naturalidad del mundo. Como de quien se preocupa y piensa de que verdaderamente estés exagerando y que vayas a necesitar esa ropa.
Hacía mucho que no me decían “amor”.
Quizás vengo extrañando esa cotidianidad en las charlas. De hablarme con alguien de manera fija con quien compartir dudas, pensamientos y sucesos del día. Una complicidad tácita de saber que hay alguien ahí dispuesto a leerme y a contestarme de manera dulce y tierna.
Con esto no vengo a querer engancharme, no. Simplemente lo pongo en el tablero, confirmo lo lindo que es.
Que sé yo.
Tengo tanto que hacer, enamorarme no es una de ellas.
Por favor, no me enamores.
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